martes, 18 de septiembre de 2012

Las claves del 11S I: La táctica teatral de CiU

La táctica teatral de CiU
No hay duda, CiU está con el agua al cuello. La última prueba es el akelarre independentista que azuzó, un pelín más de lo habitual, el pasado 11 de septiembre. Fecha, por otro lado, dada para estas exhibiciones. CiU es una organización que requiere de solemnes puestas en escena porque su credibilidad siempre se ha basado en ello, en erigirse como vanguardia de un destino manifiesto. Y la magnífica performance del día 11 no era más que un acto de campaña electoral, el primer acto de la próxima campaña electoral.
Por si alguien lo había olvidado, hipnotizado con las coloridas imágenes del centro de Barcelona del otro día, CiU se encuentra en una situación delicada. Gobierna en Cataluña en minoría, aplicando drásticos recortes con el apoyo – ni más ni menos- del PP, que generan un considerable descontento popular – tendría que ser mayor- y que encima se están mostrando inútiles. Quizá la profusión de banderas independentistas nos haya hecho olvidar los 5.025 milloncetes de nada que la Generalitat de Catalunya pidió hace unos días al Fondo de Liquidez Autonómica que aporta, caramba, la Administración central -Madrit, para que nos entiendan los manifestantes-. Urgentes, parece ser, para poder pagar las nóminas del próximo mes. Cuestión que parecería razonable que protagonizara la política catalana. Por no hablar de naderías como las de los casos del Palau o las ITV de Oriol Pujol. Irrelevantes porque en este país de bandoleros el robar se entiende como una muestra de inteligencia y valor.
Todo esto ya da igual. Porque el pueblo catalán se ha manifestado y sus oráculos han interpretado que lo que le urge, lo que manda es la independencia. ¡Qué grandes maestros en la puesta en escena estos chicos de CiU! Artur irá el 20 de septiembre a verle las barbas a Mariano para llevar a cabo el siguiente acto del dramón que nos están interpretando: A escenificar que ha ido con toda la buena intención del mundo a negociar el pacto fiscal que le ha mandado el pueblo catalán. Haciendo alardes de moderación, a proponer el pacto fiscal para aplacar el hambre de independencia del pueblo catalán. Supongo que hablarán de fútbol o del tiempo porque ambos saben que la propuesta es irrealizable y realmente no hay la mínima intención de negociar nada.
De lo que se trata es que Artur vuelva de Madrit por el sendero de las lágrimas, desconsolado, clamando, reafirmándose en que no ens volen. Y ante la solemnidad del momento, convocará elecciones anticipadas con el grito ¡o pacto fiscal o independencia!, con la sana intención de recuperar votantes suyos alicaídos con esas eventualidades económicas y de paso llevarse unos cuantos más en la escenificación del cierre de filas patriótico. A ver si con un poco de suerte se consigue una cómoda mayoría absoluta con la que ganar tiempo y vivir con menos sobresaltos. Y luego, ya se verá. Que de lo que se trata es de asegurarse el poder y, con un poco de suerte, quién sabe, sacar algún chanchullito interesante, quizá a través de las estupendas oportunidades que pueda brindar el fastuoso Barcelonaworld.
Lo que cuesta verdaderamente entender es cómo puede ser que, de forma tan mayoritaria, la gente se haya prestado a hacerle el trabajo sucio a CiU. Por supuesto, lo primero que hay que relativizar son los números de la manifestación. Sin duda es ilusorio llegar a creerse el millón y medio de manifestantes que da la organización. Pongamos que la cosa está entre 300.000 y 600.000, que tampoco es moco de pavo. Es decir, aproximadamente la mitad de los votantes de CiU en las pasadas elecciones de 2010. No está nada mal, como tampoco lo están los medios que ha dispuesto CiU para la mani, tanto materiales como mediáticos. Durante días tanto los medios públicos como privados de Cataluña nos estuvieron machacando con la manifestación como nunca se hace con cualquier otra. Igualmente, un uso tan grosero de la manifestación por parte de CiU no tendría que haber pasado desapercibida por tanta gente. Dudo que el PP a estas alturas sea capaz de movilizar en la castellana de Madrid tanta gente ahora mismo aunque flete autocares para todos sus cargos políticos y familiares.
CiU cuenta con una baza envidiable. Un ejército de reserva de acérrimos patriotas y la práctica inexistencia de una oposición que le niegue mínimamente la mayor. La vehemencia de unos y los complejos de otros hacen que una mayoría calle u otorgue. Pero esto sigue sin explicar qué hace que tanta gente se deje utilizar como salvavidas de CiU. Esto lo dejaré para una próxima entrega: El inconfesable encanto delnacionalismo.

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